Los Ayala, Adela y Daniel, tienen dos hijas, Carolina de
8 y Gabriela de 4. Carolina llega del colegio a las 3 pm,
prende la televisión y merienda viendo un programa.
Luego se apaga la televisión para que ella haga su
tarea y practique el piano, lo cual lleva aproximadamente
una hora. Gabriela llega del maternal a las 5 pm. A esa hora
salen Carolina y Gabriela a la calle a jugar con las amiguitas
de la cuadra, la calle es una calle ciega, bastante segura
y siempre hay 2 o 3 mamás vigilando. A las 6 pm las
niñas entran a cenar y se prende la televisión
nuevamente hasta las 7:30 pm cuando se bañan y se acuestan.
Para Adela la televisión es una bendición porqué
mantiene a las niñas tranquilas sin pelearse,. Adela
monitorea los programas de las niñas. No les permite
ver nada violento y trata de que sean programas educativos.
Al mismo tiempo se preocupa porque las niñas parecen
unos zombies frente a la televisión y no soporta lo
vacuo de algunos de los programas infantiles aunque sean educativos.
Elena, la madre de Adela, vive cerca y se lleva a una de
las niñas a pasarse el viernes por la tarde y el sábado
con ella, todas las semanas. A veces, cuando Adela y Daniel,
tiene un compromiso social, ellos le piden que se lleve a
las dos. El último fin de semana así fué:
Carolina y Gabriela se fueron adonde la abuela. Cuando llegó
Daniel a recogerlas Elena le dijo que se disculpaba con ellos
pero que ella no podía encargarse de las dos nietas
al mismo tiempo, una a la vez, sí, con mucho gusto,
pero las dos juntas, no, porqué se peleaban mucho y
ella no las podía controlar.
Daniel se puso muy bravo con las niñas por faltarle
el respeto a la abuela Elena y las castigó. Les quitó
la televisión por una semana. Cuando Elena supo la
reacción de Daniel se sintió muy triste. Ella
no quería que las castigaran, unicamente que no le
mandarán a las dos nietas juntas. Ella pensó
que el castigo era excesivo.
Al final de la semana Adela y Daniel le cuentan a Elena que
están tan encantados con el “castigo” que
han decidido eliminar completamente la televisión para
las niñas durante la semana, y solo la van a permitir
durante pocas horas durante el fin de semana. Adela se dió
cuenta que al no prender la televisión, ella recobró
a sus dos hijas. Ahora conversan con Adela, juegan muchísimo
entre ellas y lo más grato, es que tienen tiempo para
todo. Antes la televisión quitaba mucho tiempo y era
muy dificil convencer a las niñas a colaborar con los
quehaceres de la casa, o a conversar o hacer alguna actividad
que no fuera estar pegadas a esa pantalla. Adela se dió
cuenta como la televisión esclaviza a los niños.
Al ver lo beneficioso que había resultado eliminar
la televisión para las niñas, Daniel decidió
hacer lo mismo para él. Al no ver televisión
después de cenar, ahora él tiene tiempo de leer
y ponerse al día con muchas de las cosas que él
tenía pendiente. Adela, que no es amante de la televisión,
siente que además de haber recobrado a sus hijas ella
ha recobrado a su esposo. Ahora conversan y comparten mucho
más.
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