En mis grupos para madres, hacemos ejercicios
para mejorar la comunicación entre madre e hijos. Divido
a las madres en parejas y les digo que una va a ser la madre
y la otra el hijo o hija. El ejercicio consiste en que el
hijo/a le trae un problema a la madre y los dos tienen que
conversar hasta encontrar una solución. Al terminar
el ejercicio, muchas de las señoras que hicieron el
papel de madres, se dan cuenta que no saben escuchar y que
en vez de conversar con sus hijos terminan por dar un sermón.
Y las señoras que en el ejercicio tomaron el papel
del hijo terminan por sentirse mal, frustradas e incomprendidas
porque nadie las ha escuchado.
Es necesario reflexionar sobre este punto y observarnos a
nosotros mismos. En realidad ¿Escuchamos a nuestros
hijos cuando nos traen sus problemas? ¿Les prestamos
atención? ¿O tenemos ideas preconcebidas de
lo ocurrido e ipso facto le decimos a nuestros hijos lo que
tienen que hacer?
¿QuŽ Podemos
Hacer?
Para poder tener una conversación en la cual su hijo/a
se sienta tomado/a en cuenta, se sienta escuchado/a y comprendido/a,
tiene que hacer lo siguiente:
- Aparte tiempo para esta
conversación. Si anda apurada o irritada, ni lo intente
- Pregúntese a Ud.
misma si está dispuesta a conversar con su hijo/a
- Encuentre un lugar donde
pueden estar los dos sentados
- Es importante que estén
al mismo nivel para que se puedan mirar a los ojos
- Una excelente manera de
darse cuenta si Ud. ha entendido lo que su hijo/a le ha
dicho es que Ud. repita en sus propias palabras lo que su
hijo/a acaba de decirle y le pregunte a su hijo/a si eso
fué lo que dijo
- No interrumpa
- Trate de reconocer lo
que está sintiendo su hijo/a al hablar del tema.
- Exprese lo que Ud. piensa
que él/ella está sintiendo. Dígale
que Ud. lo nota “triste” o “con rabia”,
etc. Esto le va a ayudar a su hijo a reconocer e identificar
sus sentimientos..
- Si tienen que encontrar
una solución, pregúntele a su hijo/a cuál
sería según él/ella la solución.
Deje que él/ella hable de la solución antes
que Ud
- Repita en sus propias
palabras la solución que dió su hijo/a y luego
pueden conversar entre Uds. acerca de lo acertado de la
solución o si habría que modificarla.
Si sigue estos pasos va a poder entablar una buena conversaci—n
con su hijo/a. Una conversaci—n en la cual se escuchan mutuamente
y pueden trabajar juntos hasta llegar a una resoluci—n del
conflicto o del problema. Y los dos se van a sentir tomados
en cuenta e importantes el uno para el otro.
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