Según Rudolf Dreikurs el niño que no se siente
querido en su familia va a intentar ubicarse o a construirse
una identidad en el seno familiar en base a metas equivocadas.
Según Dreikurs existen cuatro metas equivocadas. En
el capitulo anterior revisamos dos de las metas y en este
capítulo vamos a examinar las dos metas restantes.
El conocimiento de estas metas nos pueden ayudar a comprender
lo que le está ocurriendo a un niño en conflicto
y nos pueden ayudar a encontrar una solución.
Conducta: Agresión y venganza
Meta equivocada del niño: "No me quieren,
solo me castigan. Pues ya verán, me vengaré.
Les voy a hacer daño."
Esta conducta surge de la intensificación de la
lucha por el poder (Ver el capítulo 3). Cuando padre
e hijo se encuentran progresivamente complicados en esa
lucha y quieren, cada uno, doblegar al otro, fácilmente
se puede pasar a la venganza. En esta etapa el niño
busca hacerle daño a sus padres. Busca maneras de
herirlos, como él se siente herido por ellos. Puede
ser que agreda a sus hermanos menores, o que robe y/o destroze
pertenencias favoritas de sus padres.
Esta es una situación muy difícil de manejar
porqué los padres se sienten profundamente heridos
por los actos del niño y la frustración y
rabia que sienten al no poder controlar la situación
hace que deseen responder castigándolo aún
más fuertemente, o sea, causarle más daño
al hijo. No obstante si los padres optan por el castigo
ellos están reforzando el mensaje al hijo de que
es MALO y esto va a causar más rebeldía en
el hijo y aumentará su sentimiento de venganza.
¿Qué hacer?
Ante todo, no reaccionen agresivamente en contra del niño,
tómense unos minutos para analizar la situación
y para ROMPER EL CICLO DE VIOLENCIA.
Para que la violencia desaparezca de la conducta del niño,
tiene que desaparecer antes de la conducta de los padres.
Recapitulando, los padres tienen que comenzar por darse
cuenta de que están enfrascados en un ciclo de violencia
con su hijo. Luego tienen que tomar la decisión que
quieren salirse de esa situación y quieren ayudar
a su hijo.
Para ayudar a su hijo tienen, ante todo, que revisarse
y preguntarse si lo quieren y piensen en las cosas que les
gusta de él. Si están todavía llenos
de rabia, traten de aislar ese sentimiento y piensen en
tiempos anteriores cuando no había tanta violencia
y pienses en como era él antes y rasgos de su personalidad
que les gustaba entonces.
Para que el cambio se pueda efectuar con éxito es
muy importante que exista amor de Uds. hacia él.
El siguiente paso es convencerlo que Uds. sí lo
quieren y que desean propiciar un cambio entre Uds. y él.
Podrían empezar por preguntarle: "¿Es
que haces (tal cosa) porque estás lleno de rabia?"
"¿Es que piensas que hemos sido injustos contigo
y nos quieres castigar haciéndonos daño?"
"¿Es que piensas que no te queremos?"
A través de estas preguntas Uds le están
diciendo que saben que él está lleno de rabia
hacia Uds; que él piensa que Uds. son injustos y
que por eso se quiere vengar; y que él piensa que
Uds. no lo quieren. O sea, que saben lo que le está
pasando internamente.
Ojalá se sienta con la libertad de poder contestar
y empezar un diálogo. Es posible que les tenga mucha
desconfianza y no se sienta en condiciones de hablar. Si
no contesta, no importa. Lo importante es que Uds. le comuniquen
que lo comprenden y que saben lo que le está pasando.
Después, díganle que lo quieren, sin plantear
condiciones. (Pero, por favor, ¡no le digan que lo
castigan por qué lo quieren!)
Díganle entonces que todos, Uds. y él, necesitan
cambiar. Procedan poco a poco. No aspiren a mucho al principio.
Busquen un aspecto conflictivo que sea de fácil solución,
de manera que puedan tener éxito cuando lo emprendan.
Otro aspecto importante es tratar de alentarlo lo más
posible y transmitirle que lo está haciendo bien
y que están orgullosos de él.
Conducta: Desaliento
Meta equivocada del niño: "No sirvo.
Es mejor que no intente nada porqué todo me sale mal."
En esta etapa el niño está profundamente
desalentado porqué está convencido que no
lo quieren, que no están interesados en él,
porque él no es capaz de hacer nada bien o, por lo
menos, de hacer algo que merite la aprobación de
sus padres.
Cuando un niño que tenía un buen nivel de
energía se vuelve muy tranquilo, poco bullicioso
y poco participativo y este niño no está enfermo
físicamente; cuando el niño no responde a
intentos o estímulos para ayudarlo a salir de donde
está, esta es una indicación que el niño
y sus padres necesitan ayuda profesional.
En este caso estos padres necesitan revisarse, con la ayuda
de un profesional, y comprender que ha significado este
niño para ellos hasta este momento. Los padres necesitan
darse cuenta de que este es un niño que vale, que
es importante. Lo importante es poder cambiar la dinámica
familiar para que el niño pueda sentirse querido
y útil en la familia y así aumentar su autoestima.
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