La Familia

© Roberta Maso-Fleischman, Ph.D.

Todas las lecturas en "Padres e Hijos" apuntan a una familia donde:

  • Todos (niños y adultos) aprendemos el uno del otro
  • Todos (niños y adultos) aprendemos a respetarnos mutuamente
  • Disfrutamos, gozamos, exploramos y descubrimos
  • Nos frustramos y sentimos dolor, pero también encontramos comprensión y ayuda para superar las frustraciones y aceptar ese dolor
  • Todos crecemos emocionalmente, tanto padres como hijos
  • Estamos abiertos al conocimiento y lo recibimos con entusiasmo
  • Aprendemos a cooperar y a colaborar para el bien del grupo
  • Desarrollamos un aprecio por la disciplina sin necesidad de premios materiales o castigos
  • Aprendemos a ser responsable aceptando responsabilidades
  • Conocemos nuestras propias fortalezas y limitaciones y desarrollamos un buen nivel de auto-estima, aceptación de uno mismo y confianza en uno mismo
  • Desarrollamos la capacidad de ser sensible hacia las necesidades del otro
  • Aprendemos a escuchar y a apreciar la contribución de los otros
  • Desarrollamos la capacidad de razonar y tomar decisiones participando en tomas de decisión en grupo
  • Aprendemos a dar confianza a los otros estimulándolos y dándoles ánimo

Como padres de familia, damos la pauta y enseñamos, y hacemos de nuestra familia un verdadero taller de aprendizaje y de crecimiento.

En esta familia los niños crecen con una rutina diaria y con ciertos límites. La rutina diaria y los límites son como las paredes de la vida cotidiana y dentro de estas paredes los niños tienen amplio espacio para explorar, probar, jugar, descubrir y aprender.

A medida que el niño va creciendo se va dando cuenta, con la ayuda de sus padres o solo, de lo que se puede hacer y no se puede hacer en esta familia.

Recordemos que normalmente un niño se desarrolla en dos sentidos: 1) como miembro de un grupo o familia y 2) como individuo.

Por una parte el niño quiere y necesita pertenecer, quiere y necesita ser uno con la familia, quiere y necesita disfrutar como disfrutan sus padres y sus hermanos, quiere y necesita hacer las cosas como ellos, quiere y necesita agradar, quiere y necesita sentirse querido.

Al mismo tiempo el niño va desarrollando su identidad, va diferenciándose de los otros hermanos y va ubicándose en un lugar específico dentro de la constelación familiar, para así tener un sentido de si mismo, un sentido de quien es él. Este proceso está explicado en la lectura de "La Importancia de la Ubicación del Niño en su Familia".

El niño, al descubrir que es importante colaborar, ayudar y ser responsable; al darse cuenta que él tiene que respetar a los otros y a las cosas de los otros…..

¡Lo hará! ¿Por qué? Porqué quiere ser tomado en cuenta, porqué quiere ser querido y quiere pertenecer.

Además, él sabe que en su familia, él y sus cosas también son respetadas, y él siente que él y sus opiniones son valiosas e importantes, que es escuchado y que sus sugerencias para la familia son bienvenidas.

Como se darán cuenta, un niño que crece en este ambiente es un niño que es tomado en cuenta y que tiene una auto-estima muy alta.

Y en este ambiente el castigo y la recompensa no tienen lugar.

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Dentro de una familia donde existe el respeto mutuo, donde se escuchan los unos a los otros, donde existe una disciplina positiva, los niños asumen su responsabilidad y cooperan porque quieren y necesitan ser tomados en cuenta y pertenecer a su familia. Y se van a sentir orgullosos de su familia.

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